En su primera entrevista, Osmán Núñez, rector del CFT estatal de Tirúa, magíster en Administración de Empresas, aborda el estado de avance de la puesta en marcha de la institución pionera a nivel nacional, al ser la primera con sello intercultural, que entrará en régimen en marzo de 2022 con una matrícula de 70 alumnos, en un momento crítico para la zona en materia de seguridad y violencia.
Por Felipe Cuevas Mora
En marzo de2016 se promulgó la ley que creó la red de centros de formación técnica del Estado (CFT), con 15 nuevos recintos desplegados en todas las regiones, con el objetivo de diversificar la oferta educativa con especial foco en aquellas zonas sin tantas posibilidades de formación superior. A poco más de cinco años de la promulgación, la Región del Biobío se alista para poder contar con su primer CFT estatal, en la comuna de Tirúa, desde marzo de 2022.
Con una matrícula máxima de 70 alumnos para dos carreras técnicas -Técnico de Nivel Superior en Educación Inicial y Técnico de Nivel Superior en Administración de Empresas– la naciente institución de educación superior que se ubicará en el exinternado de la comuna más al sur de Biobío, cuenta con la característica de ser la primera con un sello intercultural en todo el país y entra en régimen en un momento especial para la zona, tras los últimos hechos de violencia ocurridos en la Provincia de Arauco.
Su rector, el ingeniero comercial y magíster en Administración de Empresas Osmán Núñez Mascayano, asumió hace cinco meses el cargo de manera formal tras ser seleccionado vía Alta Dirección Pública, con el compromiso firme de que la institución comience a funcionar y dinamice a una zona donde la oferta académica escasea. Esta es su primera entrevista.
“Desde lo profesional, pasa a ser el cúlmine de una carrera importante que he hecho en el ámbito educacional y tiene un sentido bien especial, ya que busco tratar de verter toda la experiencia que pude lograr en instituciones que lo hacen bien, en una zona sin oferta académica. Hay un cuento de traer esa experiencia, conjugar un grupo de profesionales que ojalá sean todos seleccionados acá en la zona y llegar a lugares donde no hay experiencia ni oferta académica relevante, que incluso son definidos como zonas de rezago”, comenta vía Zoom quien pasó por distintas instituciones educativas a lo largo de su trayectoria, como la Universidad Católica, la Universidad de Chile, Esucomex, La Araucana, AIEP e Inacap, donde se desempeñó como director académico de la sede Osorno.
A la hora de abordar el rol que puede jugar la instalación del CFT en la zona, expone que “buscamos generar un movimiento y un crecimiento social entre las personas que viven allá, ya que no solo tiene cabida para estudiantes que salgan de cuarto medio, también personas que tienen sus emprendimientos o que han partido por un oficio y que no han podido estudiar. Es un proyecto con mucha más riqueza que solo desde el punto de vista académico”.
Pese a que algunos actores han manifestado ciertas dudas respecto a si la institución logrará ponerse en régimen en los plazos correspondientes, Núñez es claro: “Estamos en un tiempo que podría decirse un poco atrasado, pero cumpliendo los plazos que la ley exige y funcionando de muy buena forma”.
PUESTA EN MARCHA
–¿En qué etapa se encuentra hoy la puesta en marcha del CFT de Tirúa, considerando que la planificación señala que para marzo de 2022 ya debe comenzar con clases?
–El 28 de octubre quien habla tuvo la primera presentación ante el directorio del CFT estatal. Con ese acto de rigor, se celebra de alguna forma la puesta en marcha de la institución, es el acto en el cual el organismo que gobierna al CFT -directorio y rector- da el puntapié inicial para comenzar con las operaciones. En esa presentación se aprobó la oferta académica con la que se va a partir el 2022 y el presupuesto de operaciones y el de capital para implementar los equipos, mobiliario, y espacios físicos para que los estudiantes tengan la educación que merecen.
–Esta entrevista se da justamente tras una de sus primeras visitas a la zona…
–Inmediatamente me trasladé a la Región para poner esos elementos, y se puede destacar que ya contamos con una oferta académica de dos carreras técnicas, además de que ya verificamos que el espacio físico dispuesto para iniciar las actividades esté razonablemente en condiciones y ver los arreglos que se deben hacer. Esta semana firmamos un comodato por un edificio denominado “Ex Internado” que fue cedido por la Municipalidad de Tirúa, y en ese edificio nuestra institución comenzará a realizar sus operaciones. A fines de noviembre comenzaremos las reparación es para que el edificio pueda funcionar para fines educacionales, y pretendemos que para la primera quincena de marzo esté habilitado para lo prioritario, que es hacer clases, tener un espacio de laboratorio de computación, biblioteca y un espacio común con una cafetería para que los estudiantes puedan compartir, más un pequeño espacio para administrativos.
–¿Y cuáles serían los pasos que vienen, considerando que en cuatro meses debería entrar en régimen para recibir a sus primeros alumnos?
–Prevemos que el 15 de noviembre estén los directivos ya instalados en Tirúa, principalmente la directora académica, quien es de la zona, el director económico administrativo que viene desde Santiago, y estamos en la etapa de selección del fiscal que se hará cargo. Con esos ejecutivos, más quien habla, pondremos en marcha el CFT de Tirúa. Las matrículas comienzan el 1 de diciembre, por lo que estos próximos quince días pretendemos hacer difusión para que los estudiantes de la zona, entendiendo de primera influencia las comunas de Tirúa, Contulmo, Cañete y eventualmente algunas cercanas de La Araucanía, son las que visitaremos para poder fortalecer el trabajo académico.
UN APORTE A LA REGIÓN
Núñez reitera varias veces que el aporte que puede realizar el CFT estatal de Tirúa al territorio es fundamental: “Hay que dejar en claro que lo que hacen los CFT en sus ejes de trabajo es descentralizar la oferta académica de la mano con el aumento de la oferta técnica en regiones, para apoyar el desarrollo de los territorios locales. Lo otro, nosotros venimos con la clara misión de aportar al desarrollo territorial través del aumento en la vinculación con los sectores productivos, a través del levantamiento de necesidades locales, fomentar la relación entre las necesidades de la empresa con lo que pueda proveerla institución educativa. Nuestra misión es entregar educación de calidad en distintos contextos sociales, por eso tiene más sentido en Biobío el sello que le pretendemos dar al CFT, y para ello se considera la formación técnica como la más elegida en zonas vulnerables”.
–La implementación y puesta en marcha del CFT de Tirúa coincide con un momento en que el foco de atención está en la zona sur de la Provincia de Arauco por los hechos de violencia rural. ¿Este proyecto puede ser una oportunidad de desarrollo para el futuro de la zona y que permita que el territorio sea visibilizado desde otra perspectiva?
–Absolutamente. Hay que dejar súper claro que el CFT estatal es de la Región del Biobío, por tanto, estamos abiertos a recibir estudiantes de cualquier punto de la región, incluso traspasando a otras regiones. Dicho eso, como toda institución de educación superior, va a ser un generador de empleos y se aportará no solo en la riqueza educacional y cultural, sino también en ser una fuente de empleos. Queremos que la gente que trabaje en el CFT sea gente de la zona, de la provincia. Además,
nos debemos concentrar en procesos de articulación para jóvenes, para los trabajadores, implementando modelos de competencias laborales, debe concentrarse en la generación de innovación, transferencia aplicada, con la adopción de tecnologías, debe preocuparse de la movilidad social, del trabajo digno, de las actividades pastorales, de la tradición, cultura y valores. Buscamos que se potencie la zona, y que sea un polo de riqueza para que se hable de esto y no de otras cosas.
Aquí, se descentraliza la oferta educativa, probablemente lleguen o vía telemática podamos conectarnos con profesionales que entreguen un montón de otros elementos a los que los estudiantes de esta zona no han tenido acceso. Esto debe diversificar la matriz productiva de la región y poner en valor todos estos elementos. Ojalá se entienda que hay gente buena, que quiere hacer las cosas bien, que está preocupada por tener educación, un mejor pasar, por moverse socialmente y salir al mundo, no solo por los hechos de violencia.
–¿Qué tan relevante será la vinculación con distintos actores para que prospere el proyecto del CFT de Tirúa?
–Hay algunos aspectos que nos debemos preocupar de cumplir por ley, que es la vinculación con los territorios, tener vínculos con liceos técnicos profesionales, pero también hay temas relevantes que queremos llevar a cabo como la articulación entre los alumnos de los recintos técnicos y aquellas carreras demandadas. También queremos establecer convenios con las empresas para que puedan recibir sus prácticas profesionales, además de convenios con las municipalidades para permitir la movilidad de los estudiantes, ya que podrían tener conflicto con los horarios, por los hechos de violencia o la escasa locomoción colectiva. Queremos establecer convenios con algunas empresas importantes de la zona para que aporten con becas para estudiantes que lo requieran y otras actividades que en la medida que avance el tiempo realizaremos, y para lo que estamos dispuestos. El directorio del CFT que gobierna a la institución representa a varios estamentos relevantes, como trabajadores, empresas y liceos técnicos de la Región, además de organismos gubernamentales y la universidad vinculada (UBB), y tenemos ahí un polo interesante de trabajo. Este es un tremendo proyecto, es un proyecto que le cambiará la vida a la zona, y le permitir encontrar cerca algo que, con mucho esfuerzo, e incluso esfuerzos imposibles, están logrando afuera. Tendrán esa posibilidad, ya que buscamos generar un claustro académico importante, con profesores que enseñen la cultura, tradición y valores, el trabajo de las organizaciones sociales, la reivindicación del lenguaje. Es un llamado a toda la región, porque este es el CFT de la región.
“En 2022 nos prepararemos para tener más carreras”
Núñez detalla que la institución comenzará su primer año académico con dos carreras técnicas que se aplicarán en dos jornadas, y una matrícula máxima de 70 alumnos, además de una planta provisoria de 14 funcionarios: “Las dos carreras se impartirán en cuatro semestres y las prácticas profesionales. La cuantía no es elevada porque la zona en particular requiere una rotación importante para poder asegurar la empleabilidad de los egresados, no es llegar y abrir la puerta”.
“Se pueden considerar más funcionarios a honorarios que están apoyando distintas labores. Respecto a docentes, hay que ser rigurosos respecto a la presencia del sello intercultural, ya que exigirá que convivan profesores que enseñen la tradición valórica, social y cultural con quienes enseñan lo técnico. Si tengo seis asignaturas, uno pensaría que se requieren seis docentes, pero con el componente intercultural podrían ser más. Entonces, el claustro académico podría ser mayor, lo que no significa que tengamos dos docentes por sala de clases”, añade.
–¿Qué tan relevante ha sido el trabajo de acompañamiento que está realizando la Universidad del Bío-Bío para el proceso de instalación del CFT de Tirúa?
–Es súper relevante, es un trabajo profundo, importante, con mucha enjundia académica, algo que valoro mucho. En ese trabajo hay dos elementos que yo destacaría –sin perjuicio de que hay muchos más–, el primero es que este es el primer CFT estatal con sello intercultural del país, concepto que no se materializará solo en un par de ramos que tengan los estudiantes, sino que es una línea de formación de los estudiantes. Todas las carreras que se dicten tendrán ese sello particular, y en ese contexto, la universidad hizo una propuesta de las carreras a dictar, las cuales analicé y de las cuales tomamos en particular la propuesta de Técnico en Educación Inicial, que se denomina así ya que además de preparar a las asistentes para atender párvulos, las prepara para trabajar hasta el tercer año básico, lo que les abre las puertas de empleabilidad. La carrera de Técnico en Administración de Empresas no está tomada de la propuesta de la universidad, pero es una alternativa interesante porque es una de las carreras con mayor empleabilidad del país y con las mejores rentas después de egresados y ha manifestado cierta demanda en la zona.
-¿Por qué no se consideró la propuesta completa de la UBB en materia de carreras, si el plan proponía cuatro carreras?
–La propuesta de la UBB ha sido en un 90% asumida por quien habla, y nos parece que son las carreras atingentes para implementar, pero las otras carreras propuestas requieren mucha implementación, lo que no es fácil ni rápido de hacer y menos en las condiciones de traslado y logística. Lo que hemos propuesto, y se ha autorizado por el directorio del CFT, es que estas dos carreras le den el vamos a su funcionamiento y durante 2022 preparar las instalaciones adecuadas para otras carreras posibles de instalar. Esto es algo que se ha entendido, lo conversé con el alcalde de Tirúa y distintos actores y se ha comprendido que estos procesos demandan tiempo.